La tubería de refrigeración no es un equipo en sí mismo, debido a que su función es interconectar a los otros componentes. Sin embargo, un mal diseño o instalación de las tuberías provocara al equipo no sólo menos eficiencia, sino que también dañará, en el corto o mediano plazo, la operación del compresor y el enfriamiento alcanzado
La tubería es generalmente de cobre y se clasifica en tres tipos:
1. De succión, la cual conecta el evaporador con el compresor.
Por lo general puede incluir una trampa en forma de “S” acostada. Como el
refrigerante sobrecalentado que sale del evaporador tendrá una baja
temperatura, esta tubería debe estar forrada con un material aislante; es la
más gruesa de ellas.
2. De descarga, la cual conecta el compresor con el
condensador. Generalmente, es muy corta y alcanza más de 40° C.
3. Línea de líquido, la que conecta el condensador con el
dispositivo de expansión y transporta el líquido subenfriado. No se forra para
que pierda calor en el recorrido y de preferencia no debe exponerse al sol
directo. Es la tuberia mas delgada de todas.
Mayormente, los equipos son instalados por personal
calificado y será un caso excepcional encontrar tubería de menor tamaño a la
requerida, por lo que en un diagnóstico energético, hay que enfocarse más en
observar si la tubería está aplastada, si pasa en zonas muy calientes, si el
aislamiento de la succión está roto o ya no lo tiene, si se aprecian manchas de
aceite (puede significar una fuga de refrigerante) y al medir la temperatura de
la línea de líquido, se puede determinar qué tanto subenfriamiento tiene el
refrigerante al salir del condensador.
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