Los sistemas A/A automotriz están expuesto a condiciones de trabajo particularmente exigentes: temperaturas muy elevadas alrededor del condensador, compresor, mangueras y otros componentes del sistema alojados en la cavidad del motor del vehículo; regímenes de marcha del compresor que dependen de las necesidades de movilidad del automóvil, no de la carga térmica que deba transferir desde el evaporador al condensador; vibraciones producidas por el movimiento del vehículo; alto porcentaje de lubricante circulando por el sistema, inherente al tipo de lubricante utilizado con R134a (Polialquilglicol- PAG); tipo de transmisión de la potencia mecánica (correa y polea de acoplamiento electromagnético “clutch”) necesaria para accionar el compresor; en general, condiciones muy exigentes.
Los fabricantes han
adoptado diversas formas de solución
para estas condiciones de trabajo, que contemplan diversidad de controles de
operación con miras a mejorar la durabilidad de la instalación.
Una de las fallas mas frecuentes es la fuga del gas, generalmente paulatina, ya sea a través de
porosidades en las mangueras provocadas por la exposición prolongada a altas
temperaturas, conexiones a presión de terminales a las mangueras y conexiones
roscadas que se desajustan por efecto de
las vibraciones, “O rings” cuarteados por la temperatura, válvulas de servicio
sin tapones en las que los gusanillos se dañan por efecto de los contaminantes
sólidos en el comportamiento del motor, evaporador dañado por diversas causas,
internas y externas y otras innumerables razones.
Otra falla e
recurrente de consecuencias graves, es del daño del compresor por falta de
lubricación, debido a que el lubricante es arrastrado en exceso por el gas
refrigerante desde este, donde debe estar, hacia otros componentes del sistema
(condensador, acumulador de líquido, evaporador, etc.) debido al empleo de
mezclas efectuadas de forma empírica, cuyas propiedades de miscibilidad con el
lubricante son impredecibles.
El empleo de
mezclas zeotropicas que está comenzando a difundirse, (ejemplo:R414B sustituido
“drop in” de R12), no hace sino complicar el panorama, pues estas requieren de
una mayor pericia del técnico para hacer su tarea correctamente y ante una
fuga, dependiendo del deslizamiento de temperatura de la mezcal, es imprescindible
la recuperación del resto de la carga
para su destrucción y luego de evacuar el sistema y verificar fehacientemente la usencia de
fugas, efectuar una carga completa de fase liquida, con el mismo producto
obtenido desde el cilindro de gas original.
Mencionaremos
algunas de etas mezclas con sus propiedades
comparadas con las de R12, sin que por el momento podamos recomendar el uso de alguna de ellas en
particular:
R4O6A: mezcla de R22 (55%) con
R142b (41%) y R600a (4%) fue desarrollad como sustituto directo “drop in” de
R12, alcanza igual presión y capacidad que el R12 cuando la temperatura de
evaporación se encuentra entre 7 y ºC mientras
que la presión de condensación en condensadores trabajando a alta
temperatura es tan solo entre 5 y 10 psi mayor que para R12 (lo que resulta
ideal en aplicaciones e A/A automotriz). El agregado R600 (isobutano) mejora a
compatibilidad con aceite mineral, particularmente con aceite de viscosidad
elevada, normalmente empleados en estas aplicaciones. Su deslizamiento en el
evaporador es de 8ºC (elevado) y está catalogado como riesgo A1/A1 según la
norma ASHRAE 34. También es empleado en algunas aplicaciones de refrigeración.
R414B: mezcla de R22 (50%) con
R142 (9,5%), R124 (39%) Y R600a (1,5%), con propiedades similares a la mezcla
R406A, donde se incorpora el R124 a fin de reducir la inflamabilidad durante el
fraccionamiento. Puede trabajar con aceite mineral y Alquilbenceno. Su
deslizamiento en el evaporador es de 6,5ºC y también está catalogado como
riesgo A1/A1 según la norma ASHRAE 34.
R416A: Mezcla basada en R134a
(59%), R124 (39,5%) y R124 contribuye a disminuir las presiones de bajo
mientras que el R600 (butano) mejora el retorno de aceite al compresor. Trabaja
a presiones iguales a las de R12 en condensación para mantener la temperatura apropiada.
a pesar de no ser una mezcla compatible
con aceites minerales , la presencia de butano mejora esta condición y permite
un retorno aceptable del aceite al compresor. A temperaturas bajas de
evaporación hay una pérdida de capacidad. Su deslizamiento es bajo, 1,5ºC y
está catalogado como riesgo A1/A1 por norma ASHRAE 34.
Su empleo requiere
que previamente se recupere todo el refrigerante R12 del sistema para su
reutilización en otro sistema, reciclaje o regeneración de acuerdo a su grado
de contaminación o disposición final (destrucción física) en caso de
contaminación por encima de lo aceptable.
Se deben instalar
conectores e carga y servicio que sean únicos y específicos para la mezcla que
va a utilizar.
Si la mezcla
contiene R12, las mangueras deberán estar fabricadas con barrera e nylon para
prevenir fugas.
Es necesario entender
y divulgar que mezclas de R12 y R134a producen como
efecto un incremento de las presiones de trabajo que, aprendiendo de los
porcentajes, llegan a ser tan elevadas como un 50% a 60% con respecto a las
presiones individuales e cualquiera de ellos.
Esto además de
representar un riesgo para el técnico y el usuario, somete al sistema a
presiones superiores a las que se establecieron como normas de diseño y
utilización y consecuentemente aumentan
la posibilidad de daños a componentes y fugas catastróficas.
Reconociendo que es
mejor prevenir que remediar fugas, recientemente se han introducido en el
mercado fluidos sellantes que,
siendo compatibles con los refrigerantes y lubricantes, pueden ser cargados en
un sistema y circulan en este hasta que
una fuga obliga a que esta sustancia, que sale mezclada con el refrigerante y
el aceite que comienzan a salir por la fuga, entre en contacto con aire, lo que
produce una reacción química que solidifica el sellador y bloquea la fuga.
Si bien este
producto es paliativo que remedia fugas menores y permite que el A1/A1 siga
funcionando, hay que tener cuidado de identificar su presencia (existen kits
para ello), antes de recuperar el refrigerante de un sistema, pues su presencia
en el gas extraído por el equipo de recuperación es dañina para este y por lo
tanto no se puede emplear equipo de recuperación, conscientes de este problema,
desconocen la garantía si, ante un reclamo, encuentran vestigios de este
producto en la máquina.
Otro procedimiento
que si esta popularizado es el empleo de algunos fluidos que son fluorescentes en presencia de luz ultravioleta (UV)
y totalmente compatibles con refrigerantes y lubricantes. Al igual que el
fluido sellante antes mencionados, se carga una cantidad en el sistema,
proporcional a la carga de refrigerante
hasta que, al producirse una fuga, saldrá por esta al exterior d la tubería, manguera o
componente done este dicha fuga. Si se ilumina con una lámpara de luz UV los
elementos del circuito de A/A
refrigeración puede verse
destacada la fuga por el brillo verde fosforescente del producto que se ha
filtrad al exterior en ese sitio. Es de gran ayuda para la detención temprana
de fugas pero no es de utilidad en sitios que están ocultos, tal como el
evaporador y las tuberías mangueras que
llegan a este.
En aquellos casos donde
la atención visual es imposible; se impone el uso de los detectores eléctricas
que husmean el aire en el entorno de mangueras, tuberías y componentes del
sistema de A/A refrigeración para
detectar la presencia de moléculas de refrigerante en cantidades íntimas,
gracias a su alta sensibilidad, que les permite encontrar fugas hasta del orden
de 7 gr/año para las unidades más sofisticadas.
Este procedimiento
no permite encontrar el punto exacto de la fuga sin la zona donde ella se
produce y depende de la capacidad de observación del técnico localizar el sitio
exacto. Además, la presencia e contaminantes ambientes n provenientes de la
fuga, puede dar lugar a falsas señales de alarma que deben ser confirmadas
repetidamente, principalmente si la fuga es muy pequeña.
En resumen, hay
recursos técnicos que permiten efectuar una reparación correctamente y solo
depende del entrenamiento, capacidad y voluntad del técnico el logró de una
detección temprana de fuga, su corrección y prevención de fallas que minimicen
las pérdidas de refrigerante en ese sistema.
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