Debido a la humedad del aire ambiente, los evaporadores
tienden a acumular escarcha o hielo en los serpentines y para eliminarlo se dispone de un ciclo de
deshielo.
En las refrigeradoras domésticas o congeladores, el ciclo de
deshielo se realiza manualmente, al desconectar el equipo cada dos o tres meses y
dejarlo apagado durante la noche y sin producto. Cuando el hielo se ha removido, se conecta
nuevamente.
En los sistemas tipo “frío seco” o “sin escarcha”, el
deshielo se hace con un reloj que deshiela la unidad de una a tres veces al día, apagando el compresor y dejando
de enfriar por períodos cortos.
En aplicaciones de baja temperatura se utiliza, además, una
resistencia eléctrica para descongelar el
hielo y los ventiladores del evaporador se apagan para
evitar que aire caliente re-circule en el equipo.
Existen en el mercado dispositivos automáticos que
desconectan las resistencias si el hielo o escarcha
se derriten antes de tiempo, lo cual reduce
considerablemente el consumo de energía de los aparatos.
Es importante verificar si se dispone o no de estos
dispositivos para evaluar si es necesario invertir en
uno. Caso contrario, habrá que evaluar los tiempos y
reducirlos, si es necesario. Por lo general son 30
minutos, tres o dos veces al día y se conocen como deshielos
eléctricos.
Métodos más eficientes son los deshielos por gas caliente
(hot gas) que re-circulan en el evaporador gas de la descarga del compresor para derretir el hielo.
Tienen menor duración, de 5 a 10 minutos, y se pueden realizar tres o dos veces al día.
En sistemas de media temperatura (arriba del punto de
congelamiento del agua), la escarcha es menor y se derrite durante los ciclos de paro por temperatura,
debido al movimiento del aire de los ventiladores. Sin embargo, dependiendo de la humedad del aire, se
recomienda realizar paros de una o dos horas, temprano por la mañana o al inicio de la noche, cuando no se
está abriendo la puerta de los equipos. A esto se le llama deshielo por paro (off cycle). Su duración
dependerá de cuánta escarcha se acumule al final del día y si la temperatura no se incrementa mucho al
mantener apagado por ese tiempo el sistema.
La carga de enfriamiento es la cantidad de calor que se debe
extraer del cuarto frío o refrigerador para
llevar el producto a la temperatura deseada en un tiempo
dado, por lo general 24 horas.
Dicha carga se estima para cubrir la demanda del valor
máximo o pico de BTU/24h para los días más
calientes del año en una determinada zona geográfica, los
horarios de uso, el volumen de producto
entrando caliente, la velocidad para enfriar y el número de
personas, equipos e iluminación.
Al dividir la carga total en 24 horas con las horas de
operación del equipo, se obtiene la capacidad del
sistema en BTU/h. Por lo general, los sistemas operan de 16
a 22 horas al día.
Los cuartos y refrigeradores están expuestos a muchas
fuentes de calor, algunas de origen interno,
como el producto; otras externas, como la radiación directa
del sol. La latitud o la cercanía al ecuador, ubica a Centroamérica en una zona tropical, por lo que el
calentamiento por radiación solar es importante en cuartos y equipos ubicados cerca de paredes que comunican
al exterior. Al evaluar las oportunidades de reducción de la carga de enfriamiento, el equipo lo hará
más rápido y operará menos tiempo.
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